"La Historia de una Joven que se Debate entre Tres Hombres"
Con el título de este artículo comenzaba la reseña de la película "Far form the Madding Crowd" (Lejos del Mundanal Ruido, en español), basada en la novela del mismo nombre de Thomas Hardy (que nunca leí). Esa noche llovía y estaba en onda de película romántica (jeje); así parecía una buena opción una mujer que estaba decidiéndose entre tres. No esperaba mucho de la película, en realidad, pero amores y vestidos antiguos era más que suficiente para dar play.
Mi sorpresa fue que la historia no es acerca de lo que dice el título del post, y realmente va sobre una Mujer que tiene aspiraciones grandes para su época (sí, más grandes que debatirse entre tres hombres), y que a pesar de no poseer mucho en un inicio, su prioridad no era casarse por buscar la protección, y sí descubrir qué tenía la vida para mostrarle.

Basheeva Everdene (la protagonista, que es la actriz Carey Mulligan, y que me encanta desde "Drive" y "Great Gatsby") es una mujer atractiva, segura de sí misma; a la vez inocente y magnética sin saberlo. Un perfecto Arquetipo Seductora (según mi consultoría Arquetipos del Amor©) que es capaz de atraer las oportunidades a su vida: amor, dinero, propiedades, trabajo... Gana por herencia una hacienda, y decide ella misma dirigirla bajo una visión única. Logra que se vuelva productiva, atrae más amores.
El quiebre ocurre en el momento en que deja de lado su necesidad de mantenerse fiel a su propósito, y se deja invadir por un deseo (sí... Por un hombre) que la consume (a ella, a su propiedad, a su dinero...), no porque sea "el malo" propiamente dicho, sino porque es un hombre que realmente está sufriendo, y no es capaz de encarar su dolor, entonces lo evade de esta forma: haciéndole daño. Este hombre es algo así como su perseguidor.
Dicho esto, la autoestima de Basheeva merma, y vemos a la gran heroína vulnerable, llena de miedos y de celos, incapaz de reconocerse a sí misma en esa piel. Lo sorprendente es que ella es capaz de verse; es decir: se hace consciente de su desbalance, y aunque no sabe cómo recuperar el centro, la vida es nuevamente generosa y le ofrece la oportunidad de reencontrarse con su rumbo, gracias al poder que da la responsaibilidad de asumir las decisiones que ha tomado, y a una mala vuelta para otro de sus pretendientes (del tipo salvador empedernido que termina sacrificándose con más pena que gloria).
Esta vez con menos ego, y sí con más apertura, se reencuentra con su aspiración viviendo el presente, decidiendo atender a su intuición... Sin mirar hacia atrás, sin ansiedad por lo que viene, reconociendo al compañero, que ni la persiguió, ni la salvó, y que sí la respetó como un gran apoyo (sin robarle responsabilidad de sus decisiones, y sin odiarla tampoco) durante toda la trama, siendo un facilitador del reencuentro de Basheeva con su destino.
Recomendadísima esta película para las mujeres que, como yo, se han sentido perdidas en algún momento acerca de quiénes son y qué es realmente lo prioritario en sus vidas, distraídas por un amor (o desamor) tormentoso, siendo (más increíble aún) capaces de admitirlo y continuar transitando esta maravilla de vida (suspiro...).