Y después de la Luna Llena... ¿Qué?
Durante los días de Luna Llena (incluyendo dos días antes, el día de en que está en su máxima visibilidad y dos días después), probablemente percibamos que nuestra energía está en alto o que tenemos una mayor disposición para realizar acciones, ver personas, celebrar y hasta poner punto final a algo de lo que tuvimos suficiente. Nos sentimos poderosas, mágicas.
Pero después de esos días de danza, meditaciones de abundancia, sonrisas, magnetismo, feminidad... ¿Qué hacemos?
Tomemos en cuenta que cuando llegamos a la fase de luna llena es equivalente a llegar a la cumbre de una montaña. El círculo está completo... Un ciclo llega a su fin. Ahora podemos comenzar a vivir otro, preparándonos para manifestar lo que queremos para la próxima luna llena, es decir, las peticiones que hicimos bajo su luz, cuando nuestros deseos y necesidades estaban realmente a flor de piel...

Eso que anhelas en la luna llena es algo que se expresa desde tu ser. Pero para que pueda llegar a tu vida, necesitamos comprender que hay que abrir espacio, vaciar la vasija, aceptar las actitudes que nos limitan. Si no hay espacio vacío, no hay lugar para generar nada nuevo o diferente.
No nos queda más que adentrarnos en la energía de la luna menguante que representa la purificación, la limpieza, la renuncia... Y para aprovecharla bien, les comparto algunas acciones que pueden organizarse para realizar durante estos días:
1. Adopta hábitos alimenticios que te apoyen a depurar: jugos verdes, agua tibia con limón en ayunas (tengo un artículo completo al respecto de los beneficios), reducir las carnes rojas y blancas (al menos los lunes si no quieres ser vegetarian@) e incluir alimentos que te apoyen a desintoxicar (como el célery o apio españa, piña, hojaz verde oscuras), son algunas de las prácticas que puedes implementar en tu rutina.
2. Libera toxinas a través del cuerpo: toma abundante agua, al menos dos litros al día y combina con té verde o algún té amargo después de tus comidas. Haz ejercicio físico que te haga sudar (caminatas, trote, crossfit, yoga... lo que se adapte a tu gusto, pero muévete).
3. Abre espacio y armoniza: Limpia y organiza tus espacios, regala, vende, dona o descarta lo que no utilices y dale su justo lugar a aquello que tiene valor para ti y que quieres conservar. Me refiero no sólo a la ropa, incluye objetos, vajilla, muebles, revistas, libros... Recuerda que el mantenimiento es la clave.
4. Despídete de malos hábitos: desde el sedentarismo, fumar o tomar café en ayunas, hasta sacar tu celular en la mesa en lugar de pasar tiempo de calidad con tu familia, amigos o colegas. Es el cambio de actitudes lo que nos permite ampliar nuestra visión de la vida, y por ende, captar las oportunidades que antes no veíamos aunque estaban frente a nuestros ojos. Los hábitos negativos te drenan, los hábitos positivos aumentan tu presencia y atención. ¿Qué tal si en lugar de criticar escogemos sonreír?
5. Expresa tus emociones: si las emociones no se liberan, es desafiante que puedas armonizarte con la energía lunar. Es natural sentir rabia o tristeza debido a frustraciones o preocupaciones del día a día, pero si no las expresas, ellas se quedan pegadas, buscando culpables a los cuales responsabilizar, y drenando tu motivación y tu energía vital, también tu magnetismo y tu poder personal.
Es interesante transformar esas energías en otras como la acción o la reflexión. Baila, pégale a una almohada, corre sin control algunos metros, acuéstate en el pasto, báñate con agua fría, grita, baila... La catarsis periódica es más importante de lo que crees, sobre todo si no quieres entrar en inercia. Se vale también los espacios de soltar emociones como la alegría para recargarte de ánimo... Una sesión de risas con amigos o de cantar a todo volumen la música que te encanta, todo es válido. Encuentra tu vávula y ponte en marcha.
Love,
Y.