11 Hábitos Simples que te Conectarán con el Placer
Conectarnos con el placer a lo largo de nuestra vida es indispensable para sentirnos merecedores. El merecimiento es una energía que te permite vibrar desde la fuerza del magnetismo, para atraer a tu vida aquello que deseas. Cuando nos desconectamos del placer, nuestros sentidos se apagan, y por ende, nuestro brillo disminuye. Entonces, comenzamos a vibrar desde la carencia, ahuyentando aquello que anhelamos.
A continuación les dejo 11 hábitos prácticos para conectarnos con el placer, permitirnos brillar y vibrar para realizar nuestras intenciones:

1. Siéntete Cómod@ en cuerpo: el primer aspecto a trabajar en relación a nuestra autoestima es la aceptación corporal. Ser receptiv@ con el cuerpo que tienes significa que puedas valorarlo lo suficiente como para cuidarlo y tratarlo bien. Aliméntate sanamente y practica algún tipo de actividad física. No se trata de obsesionarnos con la estética, pero sí de reconocer el vehículo precioso que tenemos, a través del cual se expresan nuestros sentidos, y si solo recibe reproches de tu parte ¿Cómo es que te va a permitir disfrutar?
2. Estírate: imagina que todas las tensiones mentales y emocionales, además de las secuelas del esfuerzo físico se almacenan en tu cuerpo. Al cabo de una semana sin prestar atención, este estará tenso. Es recomendable estirar nuestro cuerpo dos veces al día, al levantarnos y antes de dormir, para relajar cualquier tensión que pueda haberse impregnado en nuestros músculos. Nuestros movimientos serán más armónicos, pudiendo estar atent@s a todo lo que nos rodea.
3. Disfruta de tu piel: Una piel suave y tersa está más abierta y receptiva a recibir los estímulos relacionados con el placer. Exfoliación semanal e hidratación diaria son claves para mantener una tez suave y apetecible, en primer lugar para ti mism@. Recibe un masaje con frecuencia. Puedes establecer una rutina semanal o mensual, para que tu cuerpo reciba el toque necesario para sentirse confortable. Un cuerpo que no acepta ser tocado es el de alguien que sufrió algún tipo de carencia y tiene miedo de ser abandonado. En cambio un cuerpo receptivo a ser masajeado, está abierto a permitirse recibir.
4. Respira aire puro: cuando estamos mucho tiempo encerrad@s entre 4 paredes, luz artificial, aire acondicionado y equipos electrónicos, automáticamente nuestro brillo comienza a apagarse. Necesitas al menos 20 minutos de sol y aire puro para que tu organismo se nutra y comience a despedir alivio y aprecio. Cuando estés de mal humor, saca la cuenta de cuántas horas llevas encerrado. Levántate y sal a caminar y a ver el mundo. Mira un amanecer o un atardecer.
5. Come con los ojos: juega con los colores y con la decoración en tu plato, en tu atuendo, incluso en la decoración de tus espacios. Contempla las cosas bellas: naturaleza, arte, danza, niños jugando... Cualquier cosa que te traiga emoción, permite que tu corazón palpite y esto te hace ser más sensible, y por ende, más receptiv@.
6. Sonríe más: cuando lo haces, tu cerebro entiende que no hay peligro para el cual defenderse y que puede aventurarse a vivir más experiencias que enriquezcan tu vida. Suelta tus brazos y abre tu pecho, para que la autoconfianza se vuelva parte de ti.
7. Experimenta tu expresión de disfrute: relaja tu rostro, ralentiza tu respiración y hazla más profunda. Siente tu pecho moverse al compás de tu inahalación y exhalación. Deja que una sonrisa se dibuje en la comisura de tus labios y entrégale a la vida una mirada magnética. Practica frente al espejo y déjate seducir.
8. Viaja: conoce otros lugares, otras culturas, sal de tu zona de confort. Prueba comidas distintas, aromas exóticos. Conoce personas diferentes, aprende un nuevo idioma. Viajar abre nuestra visión del mundo, y al hacerlo, nos sentimos afortunados de poder recorrer nuevos horizontes y aprender algo nuevo cada día.
9. Dale atención a ese hábito simple que te da placer: en mi caso, por ejemplo, disfruto mucho de peinarme. Busco hacerlo con un cepillo que me sea placentero y me doy mi tiempo... También disfruto de tomar una taza de té o sentarme frente al fuego. ¿Cuál es el tu hábito simple y placentero?
10. Date tu tiempo: siguiendo con el tip anterior, regálate el espacio para hacer y disfrutar de las cosas con calma. A veces estamos tan acostumbrados de hacer las cosas a las carreras o a hacer lo que "debemos" que nos olvidamos de poner atención al momento presente. No se trata de ser lento, se trata de disfrutar de cada instante como si fuera el último o el primero de tu vida.
11. Recuerda poner en tu agenda un espacio para no hacer nada. Si no puedes disfrutar el solo hecho de estar contigo mismo, es probable que no puedas estas satisfecho con las cosas simples de la vida. Date valor y comparte algunos minutos al día contigo y nada más.