El Problema No Son las Emociones
Tampoco somos nosotros, no se asusten. El problema es la identificación con ellas... ¿Cómo así? Sigue leyendo...

Las emociones son energías disponibles que vienen con el propósito de generar movimiento en nuestras "aguas" internas. Es decir, el objetivo de las emociones es mantenernos en movimiento, fluyendo con las situaciones de la vida, permitiendo que nos transformen.
El detalle está en que hay algunas emociones que se nos hacen más cómodas y otras que se nos hacen más incómodas, y por esto le comenzamos a llamar de "positivas" y "negativas" a nuestra conveniencia.
Ninguna emoción es positiva ni negativa, ellas simplemente: son. Así que no importa qué tan bien te haga sentir la alegría y que tan miserable la tristeza, ninguna está por encima ni por debajo de la otra, ni ninguna nos hace seres más o menos elevados.
De hecho, se dice que las yoguinis (maestras practicantes del estado de yoga / meditación) son quienes más emociones sienten durante el día, solo que no se identifican con ninguna de estas. Se permiten que pasen a través de ellas, pero no se consideran como la emoción.
Esto quiere decir que en realidad no "somos" alegres, miedosos, rabiosos, tiernos o tristes... Simplemente "estamos" en ese estado por un momento, y luego podemos volver al estado de calma y permitirnos entrar en otro estado emocional que se produzca después.
Eso es presencia...
Cada vez que te aferras a un estado emocional o lo reprimes, este deja de manifestarse en su estado puro, y pasa a ser compuesto, y las emociones compuestas el cuerpo no las puede digerir, por lo que generamos:
- Estrés
- Ansiedad
- Compulsividad
- Paranoia
- Pánico
- Euforia descontrolada
- Depresión
- Apatía
... Entre otros estados tóxicos que nos llevan a estados de excesiva tensión.
A continuación te comparto los propósitos de cada emoción y te invito a que realices la siguiente práctica:
- Identifica cuál se te hace más cómoda y cuál se te hace más incómoda.
- Identifica, también desde que espacio se te hace cómoda, desde el sentirla y soltarla o desde el sentirla y aferrarte a ella.
- Identifica desde qué espacio se te hace incómoda, desde el rechazo/represión o desde la exageración de la misma (o la incapacidad de moderarla)
- Ahora, en tu día a día, date el espacio para permitirte sentir las emociones, y cuando sientas tensión en tu cuerpo, pregúntate a qué te estás aferrando o qué estás rechazando. En cualquier caso, probablemente se trate de la identificación con la imagen que quieres proyectar a los demás, y a la cual te has apegado sin darte cuenta, impidiéndote ser tú.
Tristeza: nos lleva a la introspección
Si la reprimimos: apatía
Si nos apegamos a ella: depresión
Alegría: despierta el optimismo y la capacidad de celebrar
Si la reprimimos: amargura
Si nos apegamos a ella: euforia e incapacidad de lidiar con el dolor
Miedo: activa el estado de atención a posibles peligros
Si la reprimimos: somos temerarios, imprudencia
Si nos apegamos a ella: pánico, paranoia y disociación de la realidad
Ternura: nos permite establecer vínculos de cariño
Si la reprimimos: incapacidad de intimar
Si nos apegamos a ella: permisividad
Rabia: nos impulsa a la acción y a establecer límites
Si la reprimimos: incapacidad de concretar, de ser determinados y poner límites
Si nos apegamos a ella: ira destructiva
Erotismo: nos lleva a disfrutar de la vida y sentirnos merecedores
Si la reprimimos: incapacidad de disfrutar, sentir placer
Si nos apegamos a ella: desconexión a través del placer inmediato, insatisfacción
Te invito a contarme cómo te va con este ejercicio en los comentarios o vía email yaramtia@gmail.com · Si quieres profundizar en tu proceso emocional, puedes marcar una consulta personal conmigo de Arquetipos del Amor.
Love,
Yaramtia