Guía Maestra · Canalización Semana 4 a 10 de Noviembre

Cuando enciendes una vela, aunque tenga muchas horas de duración, inevitablemente llegará al final de su proceso de combustión. La luz se apagará, y tendrás que encontrar una nueva vela para que vuelva a hacerse la luz.

Lo mismo pasa con los estados de ánimo. Muchas personas intentan aferrarse al querer "estar bien" como fuente de motivación. Hacen todo lo posible por mantenerse optimistas o "positivos" como le llaman; mantener la llama encendida pase lo que pase. Sin embargo, cuando pasa el viento, cuando llega la lluvia, o cuando se les acaban los motivos para verle el lado positivo a todo, pocos son los que consiguen mantenerse a flote dentro de las penumbras. La mayoría le teme a la oscuridad. La mayoría quiere tener las luces encendidas para no tener que enfrentarse a lo que les da miedo. La mayoría busca, compulsivamente, una motivación, un lado bueno, un "no es para tanto" para no tener que lidiar con hacerse cargo de su dolor.

Esa euforia colectiva que solo se sostiene a costa de esconder el dolor, no tiene otro destino que explotar a través de la ira, la destrucción. La pregunta a hacerse es la siguiente: ¿viene tu rabia de lo que encuentras injusto en general? ¿O viene tu rabia de un dolor personal no expresado, disfrazándose con el odio colectivo para poder emerger de las profundidades? ¿Puedes, con tus gritos, ahogar la tristeza de tu corazón?

Hay mucha indignación haciéndose sentir. Sin embargo, la dignidad no es algo que te puede dar alguien. La dignidad surge cuando eres capaz de sentarte en tu trono sin que otros tengan que validarte o entregarte lo que no has sabido autoabastecerte. La dignidad renace cuando asumes tu lugar, cuando tomas la responsabilidad de apropiarte de tu vida, sin creer que alguien más tiene que resolvértela o facilitártela.

La próxima vez que enciendas una vela, pídele al fuego que te apoye a erguirte con dignididad, en la luz o en la penumbra, en las situaciones apremiantes, en las situaciones desafiantes y en las situaciones en las que eres afortunad@, pero que, por algún motivo, no logras ver".

Canalización de Yaramtia*

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