Vergüenza de Ser
OSHO dice que el miedo primordial del ser humano es ser nosotros mismos... Básicamente por el temor de ser inadecuados, en consecuencia sentirnos rechazados.
Como toda vida, necesitamos sentirnos contenidos, ser parte de algo, y en ese querer pertenecer, hemos tomado como propios innumerables condicionamientos y patrones heredados, sin siquiera cuestionarnos el por qué pensamos, sentimos y actuamos de determinada forma.
En esta sociedad, la vergüenza de ser ha sido arraigada a nivel físico, emocional y mental. Los patrones corporales establecidos generan grandes niveles de ansiedad, distorsión corporal y comparación alrededor de los cánones de belleza establecidos. Los condicionamientos emocionales nos enseñan qué sentimientos son positivos y negativos, cuáles debemos expresar y cuáles debemos reprimir. Los paradigmas mentales buscan encajarnos en formas de pensamiento, donde las decisiones están sujetas al qué dirán los demás o cómo seremos vistos.
La libertad de Ser ha sido confinada a una prisión llamada Vergüenza.

Hace unos días, Sol Deva Nita, una mujer que admiro muchísimo, comentaba sobre la importancia de encontrar aquello que nos indigna, para poder reencontrarnos con nuestro propósito... Reflexioné al respecto y percibí que me indigna la falsedad, la mentira, la hipocresía... No por casualidad una de las premisas que sostiene a De lo que Quiera es el Crecimiento Personal Honesto, lo cual me ha llevado a transformarme en una desmitificadora del Desarrollo Evolutivo.
Sin embargo, ver a lo que me indigna como un enemigo externo, solo me distraería del verdadero trabajo, que es ver lo que es falso adentro de mi. Me he observado y todavía me encuentro con espacios de hipocresía; me autoengaño, me miento sobre lo que siento, soy desleal con lo que quiero y muchas veces busco encajar para agradar, y por supuesto, guardar las apariencias.
Sigo cuestionando mis deseos, de dónde surgen mis impulsos, las decisiones que tomo...
"¿Esto es algo que realmente hace sentido para mi o es un paradigma arraigado?"- es una buena pregunta para hacernos a nosotr@s mismos.
La búsqueda de la Autenticidad se ha transformado en el antídoto de mi propio veneno. Es un trabajo profundo, confrontador, no a todo el mundo le va a gustar el hecho de que vivas con honestidad, quizás porque ellos, los que señalan, no se atreven a hacerlo, aunque muy en el fondo lo deseen (¿alguna vez ha sido tú el que señala y juzga la libertad de ser de los demás? sería otra buena pregunta para hacernos a nosotr@s mismos).
Encarar la vergüenza no es sencillo, pero podemos hacerlo con gentileza, sonriéndole a esa emoción compleja que busca escondernos, solo para ser amados. Podemos hacerlo tratándonos bien, cuidando de nosotr@s, amándonos. Podemos hacerlo aceptando nuestros errores, pidiendo disculpas cuando nos equivocamos y siguiendo adelante. Podemos hacerlo expresando nuestra creatividad, explorando nuevos espacios, aprendiendo a sostenernos en el miedo... Paso a paso, con paciencia.
El recuperar nuestra libertad de Ser no es una carrera de velocidad, es un proceso de intimidad, de alquimia... pues podemos transformar la prisión interna, es nuestro templo de poder... Aquel lugar que enaltece lo más esencial, lo que nos conecta con el alma. Es un rescate, un manifiesto que dignifica aquello que somos y siempre fuimos.
Si leíste hasta aquí, te invito a llevar tu mano derecha al corazón y la izquierda a tu vientre. Realiza tres respiraciones profundas, suelta las tensiones y sonríe. Transfórmate en el contenedor de tu magia, y que esta pueda expresarse libremente a través de tu cuerpo, de tus emociones, de tus pensamientos...
Somos magia. Solo necesitamos reencontrarnos. En eso consiste la disciplina del autocuidado consciente: en mirarnos de verdad.
Love,
Y.